Para nosotros el punto partida siempre es el mismo. Antes de empezar pedimos a nuestro cliente un ejercicio de autocrítica para comprender su idea de negocio, productos, sus objetivos a corto y medio plazo, perfil de clientela y estrategias para fidelización, competencia real, franja horaria en la que se desarrolla la actividad, etc, para una vez interpretados, analizar sus necesidades y crear un estilo particular, único y diferenciador alrededor de estos conceptos que propicie su éxito. Es el momento de las ideas, que al igual que la materia soportan tres estados; un primer estado gaseoso en el que fluyen con toda libertad desde la creatividad de nuestros decoradores. Un estado liquido en las que se las representa gráficamente y da forma, dotándola de comunicación, y un estado sólido cuando se ejecutan y llevan a la práctica.
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